Aloysius Bertrand



Una posada que no figura en los mapas. La madera cruje sin razón. Afuera, llueve en seco. Dentro, un candelabro torcido ilumina copas vacías. Un reloj sin manecillas da las doce. Bertrand está ahí, como si hubiera estado siempre, escribiendo con una pluma que no toca el papel.



Alphonse Duret: Buenas noches, señor Bertrand. ¿Es esta una taberna, un sueño o un poema?


Bertrand: ¿Y si fuera las tres cosas? Usted vino sin cuerpo, lo felicito. Aquí no se sirve vino, sino visiones. Y las palabras se beben.


Duret: Su único libro, Gaspard de la nuit, fue publicado después de su muerte. ¿Qué era para usted ese Gaspard?


Bertrand: Gaspard es el copista de lo invisible. El que escribe lo que nadie dijo. Yo lo inventé, o me inventó él. Era el duende que me dictaba desde la alcoba del insomnio. Era la música de lo que no puede decirse sin callar.


Duret: Muchos consideran que usted creó el poema en prosa moderno. ¿Cómo llegó a esa forma?


Bertrand: Porque el verso era un grillete, y yo quería bailar en el aire. Porque las palabras querían flotar, no marchar. Mis textos no narran: giran como una veleta encantada. Yo no contaba historias: encendía atmósferas.


Duret: Sus imágenes están llenas de luna, campanas, relojes, ruinas… ¿Por qué?


Bertrand: Porque escribo con el polvo. Porque todo lo que perdura tiene forma de sombra. Porque la poesía no es lo que se ve, sino lo que persiste después de que todo ha sido olvidado.


Duret: Usted murió joven, en la oscuridad, sin fama. ¿Se arrepiente de algo?


Bertrand: No. Porque viví como un eco. Y los ecos no tienen ambición. Sólo quieren durar un poco más.


Duret: ¿Qué diría al lector moderno?


Bertrand: No corras. No expliques. Detenete cuando algo no tenga sentido pero te conmueva. Allí vive la poesía. Y si alguna vez una imagen te observa desde un texto, no te asustes… Es Gaspard.



Duret sale de la taberna. Afuera, no hay noche ni día. Solo una calle que gira sobre sí misma. En su libreta, sin haber escrito nada, aparecen estas palabras: “Los sueños no son lo opuesto a la realidad. Son su traducción.”



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